El principio de Heisenberg

La idea de incertidumbre o indeterminación fue introducida por primera vez por el físico alemán Werner Karl Heisenberg, uno de los padres de esa nueva rama de la física a cuyas leyes se ajustan las fuerzas y movimientos en la escala atómica y subatómica de observación.

El principio de indeterminación que lleva su nombre establece que es imposible realizar una determinación exacta y simultánea de la posición x y de la cantidad de movimiento p de una misma partícula móvil. Si se consigue medir con toda precisión la posición de una partícula se pierde completamente la precisión en la medida de la cantidad de movimiento y viceversa.

Si se representa el error e imprecisión en la medida de tales variables en la forma Δx y Δp, el principio de Heisenberg se expresa como:

Δx·Δp≥h/2π

siendo h la constante de Planck. De acuerdo con esta expresión, cuanto mejor se conozca x, peor se conocerá p y viceversa.

El principio de indeterminación puede ser entendido en términos de partículas y de ondas asociadas, de la siguiente forma. Si se conoce con toda exactitud la cantidad de movimiento, p = mv, de una partícula, su onda asociada tendrá, de acuerdo con la ecuación de De Broigle, un valor definido de λ = h/p. Se trata, por tanto, de una onda sinusoidal de amplitud constante que se extiende de un modo uniforme a lo largo del eje X. El hecho de que su amplitud sea constante significa que la intensidad de la onda asociada, que está relacionada con el cuadrado de la amplitud, es también uniforme.

De acuerdo con la interpretación probabilística, la partícula tiene la misma probabilidad de situarse sobre cualquier punto del eje X, su onda asociada será realmente un paquete de ondas formado por la superposición de varias ondas de frecuencias diferentes. Así, el hecho de que la posición X esté bien definida lleva consigo el que su longitud de onda y su cantidad de movimiento p = h/λ esté mal definida.

El principio de indeterminación revela que el comportamiento de la naturaleza en la escala atómica es muy diferente al observado en la escala ordinaria. Esta idea, cuyas implicaciones son demoledoras para los fundamentos de la mecánica clásica, ha permitido explicar un buen número de fenómenos atómicos, y también ha permitido avanzar resultados nuevos. Sus aplicaciones han contribuido de forma muy importante al progreso de la ciencia y tecnología (y seguro que lo seguirán haciendo).

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